Friday, August 25, 2006

Voluntad

El sábado fue un día hermoso. Podría haber sido todo lo contrario, ya que perfectamente tenía motivos de sobra, pero Dios es INCREÍBLE, porque nunca se cansa de sorprenderme ... debe ser por eso que siempre me ha cautivado. Me regaló una tarde de tranquilidad, soledad-compañía y Amor en el Santuario de San Alberto Hurtado.
Me gusta la vida de san Alberto... como dice una amiga "Su figura me inspira mucho...........además él es como transgresor, como vanguardista" Realmente me lleno de Dios cada vez que repaso su vida, o leo algunos de sus escritos. Admiro su fuerza de voluntad, su capacidad para sonreir a pesar de las adversidad; pero por sobre todo, me encanta apreciar su obediencia y docilidad, ya que hacer la Voluntad de Dios es lo primero en él.
Su Santidad es contagiosa, porque me hace entender que esta vida es sólo un segundo, que nuestra mirada tiene que estar en la Eternidad, es por ello que la tristeza por muy grande que sea, no "me come" por entera, porque entiendo que todo pasa (incluso hasta las personas), sólo Dios queda.
Dejo una parte de uno de sus pensamientos que me llegó mucho....
"En espíritu de fe. Lo que supone antes que nada comprensión de que Dios es Dios y yo soy yo. Que él lo es todo, la primera, la grande, la inmensa realidad nunca pasada de moda. El primer sitio es el suyo: a su luz deberá mirar todas las demás cosas.
La grandeza inmensa de Dios dominando los mundos todos, los hombres, mi vida y tratando de tener los oídos abiertos para conocer su santísima voluntad, norma de toda mi vida. (...)
La voluntad de Dios es nuestra santificación. Hambre y sed de justicia, de santidad. En la jerarquía de amores o valores, lo primero mi santificación, a velas desplegadas, a pesar de vivir en el siglo XX, o mejor santificándome en el siglo XX y santificando el siglo XX. Y esto no es problema de prácticas, más o menos: es problema de pedir, suplicar, clamar al Señor, el serle fiel en lo grande y en lo chico y la resolución de poner por obra sus inspiraciones y de organizar mi vida en forma que mi santificación sea una gran realidad."
San Alberto Hurtado