Monday, September 28, 2015

Resumen de la vida: 2007-2013

Estamos en el año 2013, y ha pasado mucha agua bajo el puente. En estos momentos me encuentro viviendo en Salamanca... ¿quién lo diría? Un sueño lejano, vivir en Europa, se ha hecho realidad, sin embargo, esto lo veo como obra de la providencia. Si hoy estoy aquí es porque simplemente Dios lo quiere.

Y bueno, qué ha sucedido, obviamente que muchas cosas. Lo más lógico sería ir por años...

2007:
Fue tan contradictorio, porque el año anterior significó enamorarse de verdad. Es curioso cómo es el amor. Es justamente dar hasta que duela, y eso implica, incluso, dejar ir a la persona con la que anhelas a estar. Agradezco haber conocido a Carlos porque me enseñó a amar... si no hubiera sido así, no hubiera podido consagrar mi vida a Dios. Además, hay otro aspecto importante, con él aprendí a desprenderme de las personas. Él significó un gran desprendimiento, sin embargo, ese dolor que sentí no fue nada con el que vendría después, y con los que probablemente seguirán viniendo. Se aprende a no poner la confianza en las personas, sino que sólo Dios. Sólo ÉL llena todo, sólo ÉL es vida, sólo ÉL puede colmar mis máximas aspiraciones.

Ese verano me fui de vacaciones a Buenos Aires, con la intención de olvidar a Carlos y hacer todo lo que nunca me atreví. Sin embargo, el Señor me cuidó mucho. En Mar del Plata la Catedral tenía exposición al Santísimo y de allí no me podía ir... En Buenos Aires tenía una parroquia cerca del hostal. En fin, el Señor se las ingenieba para tenerme cerca.

Y una noche en una disco en Mar del Plata, en la cual estuve a punto de hacer la tontera más grande de mi vida, mientras veía todo el pecado que había a mi alrededor, me di cuenta que yo no era para ese mundo, sino que para Él. Todo me quedó un poco más claro.

El 2007 también significó invertir en estudios. Empecé un magíster en educación con el fin de dedicarme a la orientación, y/o la educación universitaria (claro, siempre y cuando se me abriera el campo en esa área). Y así fue como el estudio empezó a ser un nuevo camino para conocer otras personas y realidades. Ví que el mundo es intolerante, que los cristianos no somos ni queridos ni comprendidos, sin embargo, también fue interesante comprender que el Señor te da la fuerza y las palabras para hablar cuando había que hacerlo.

Ese año también fue el encuentro definitivo con la vocación. Luego de que Carlos entrara en el monasterio, yo también me quise dar la oportunidad de ver qué quería Dios de mi. Hice Ejercicios Espirituales en Linderos, en los cuales pude hablar con Lydia. Recibí mucha luz, y recuerdo con especial cariño dos cosas: era la Ascensión del Señor, y Lydia me dijo que le diera mi corazón al Señor para que lo subiera al cielo; y lo segundo, es que medité mucho sobre el misterio de la Encarnación... No sabía que mi vida, muy pronto se convertiría en ello.

A partir de esos EE comencé a ir fin de semana por medio a la casa de las cruzadas, a vivir con ellas y a conocer el estilo.
Sin embargo, mi corazón estaba dividido, porque de una u otra forma no quería dejar el estilo de vida que tenía. A veces salía con Ignacio (amigo del ex pololo de la Dani), y otras veces prefería estar con las cruzadas, y por otro lado, extrañaba a Carlos. Estaba muy confundida.

2008:
La confusión seguía, porque además de Ignacio estaba Jorge (ex sacerdote que conocí en la UGM y se presentaba como un partido seguro), y José Miguel (amigo de Ignacio, que nos gustábamos mucho, pero que era imposible acercarnos). Total, que a fines de enero me iría a Lima a hacer EE con las cruzadas, pero el fin de semana antes de partir, Ignacio actuó y empezamos una pseuda relación.

Esos EE fueron claves. Pero también me costaron mucho, porque me sentía presionada para ser cruzada. Claramente eso era tentación del demonio e invención mía, porque la vocación era algo evidente. Lo que me ayudó a dar el paso, fue reflexionar sobre todo lo que había recibido en mi vida: la familia, amigos, el perdón, estudios, felicidad...mi vida es perfecta. Por lo tanto, frente a tantas cosas, qué podía darle yo al Señor? Pues TODO, eso quería decir mi vida.

El 07 de junio, sábado del Inmaculado Corazón de María, entré en la Cruzada. Fue un día bonito, y lo que me marcó fue leer la fórmula de entrada, porque recibí la gracia de comprender qué era lo que estaba haciendo, y me emocionó profundamente saber que era sólo de Él:

Todopoderoso y eterno Dios, me dirijo a Ti con las mismas palabras con las que San Ignacio un día lo hiciera:

"Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. vos me lo distéis, a vos Señor, lo torno, disponed a todo vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta".

Poderosísimo Padre nuestro, que por medio de la Encarnación de tu Hijo te has anticipado a los hombres amándonos primero. quiero seguir en el Instituto Secular Cruzadas de Santa María a tu Hijo Jesucristo que dio su vida por mí. Por el reino de los cielos, quiero vivir en pobreza, castidad y obediencia, como Cristo mismo vivió. Con san Pablo oro diciendo: "Para mi Cristo es la vida y morir en Él es para mi ganancia. Por ganar a Cristo lo estimo todo por basura. Con Cristo estoy clavada en la cruz; ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi".

Mi hábito serán la alegría y la sencillez, mi celda el corazón virginal, el amor a mi esposo Jesús. Con santa Teresa confieso: "Sólo Dios basta".

Confiando en la ayuda de la virgen Madre de Dios, que Tú, Padre misericordioso, preservaste de la culpa de Adán, quiero vivr con el mismo ardor de los primeros cristianos. Quiero dar testimonio del amor que nos tienes. Amor que has derramado en nuestro corazones por medio de tu Espíritu Santo.

Señor nuestro Jesucristo, en presencia de tu Santísima Madre la Virgen María, entrego toda mi vida, con mis faltas y debilidades, a tu sagrado Corazón, para la evangelización de la juventud de todo el mundo. A Ti, nuestro rey y Señor, sea la gloria y alabanza por toda la eternidad.

Comencé mi vida de consagrada, pero no fue algo fácil. Mi hermana también se estaba preparando para partir al Monasterio de Belén, y yo veía cómo mis padres sufrían y mi hermana también.

El 8 de diciembre de ese año, la Virgen me hizo un regalo que me llenó de consuelo. Me hizo ver que era Ella quien siempre me tendría en unión con mi hermana. Y hasta el día de hoy puedo decir que es así. Sin embargo, es algo que me costó mucho asumir, y sólo con el paso de los años he comprendido que tengo que recurrir a la Virgen. Ella es la única que me puede ayudar.

2009:
A principios de enero, viajé con mi familia a Merlo-Argentina. Allí se encuentra el monasterio donde actualmente vive mi hermana. Creo que ha sido una de las separaciones más dolorosas. Para ser sincera, ese viaje -para mí- significó asistir al funeral de mi hermana. A ella la quiero con todo mi corazón, es una de las personas que más amo en la tierra, pero como mi amor es desordenado, me costó aceptar su vocación. Sin embargo, hoy entiendo que ese es su camino, que no existe otro para ella... pero llegar a esta conclusión han tenido que pasar más de 4 años.
La vuelta a Chile fue dura, me sentía sola e incomprendida, porque cada vez que trataba de exponer este dolor a mis mayores, ella tendían a relativizarlo. Me decían "es natural! ya va a pasar! Es la voluntad de Dios." Sí, claro, efectivamente, eso lo podía entender racionalmente pero ¿quién podía calmar mi alma?
Hoy, la respuesta a esta última pregunta parece evidente, sin embargo, en ese momento era tanto el dolor que no podía ver con claridad. Todo se me empezó a nublar.
De pronto se presentó una oportunidad: viajar a Tierra Santa en octubre de ese año. Esto se pudo dar porque mi hermana tomaría los hábitos en un monasterio que tienen las hermanas cerca de Jerusalén (Bet Gemal). Evidentemente el lugar es maravilloso, el viaje lo disfruté enormemente, pude vivir cada parte del Evangelio, comprender un poco más a Jesús. Por otro lado, mi hermana, el 7 de octubre de ese año tomó sus hábitos y pasó a llamarse MaríaSanta.
Probablemente Dios mandó su gracia para que yo pudiera crecer un poco más en fe, para asumir que la vocación de mi hermana era una realidad y que, por otro lado, yo también tenía que centrarme en vivir la mía. Sin embargo, la inmadurez, el desconocimiento de la vida espiritual, la falta de compromiso con la Cruzada y el excesivo centramiento en mí misma, terminaron por pasar la cuenta.
Estaba desanimada, la vocación no tenía para mí ningún sentido, todo lo veía como una carga, y la vida de cruzada me parecía una exageración. Tenía rabia y mucha pena, quería volver a la vida que tenía.
Y así, conversando con el que era mi director espiritual, me recomendó salir y yo decidí tomar esa decisión.
Fue un desastre. Dejé la cruzada el 8 de diciembre.

2010:
Ese verano significó vivir en una profunda soledad, porque si bien volví a la casa de mis padres, opté por no hablar nada de nada, ni siquiera con ellos. Me alejé de todos, incluso de los de la parroquia porque no tenía ánimo para alimentar "cahuines", fue así que la soledad, el calor del verano y la tristeza me llevaron a vivir una profunda experiencia de Dios.
Comprendí que la Cruz era el fin de todo, que si Él la había cargado primero, entonces yo también podía llevarla. El sentido de mi vida se encontraba en la consagración porque todo lo que esta vida me podía entregar no me llenaba, no me hacía feliz. Y también tenía que asumir que necesitaba reconciliarme con la partida de la Pame, porque a pesar de tener vocación, yo no podía comprender la radicalidad de su partida, me resignaba a asumir su ausencia.
Cuando salí de la Cruzada, siempre dije que sería por un tiempo. Al fin de cuentas sabía que yo no estaba hecha para estar afuera (aunque me muriera por tener mi vida cómoda del pasado). Y la vocación se confirmó especialmente cuando se desató una profunda crisis en la Iglesia al descubrirse los abusos sexuales que cometió el P. Karadima.
Aquello fue un desastre. Para muchos significó el fin de la fe, el alejamiento definitivo de la Iglesia y el desarme de un grupo supuestamente sólido que se había creado a partir de la dirección espiritual que este sacerdote tenía. Pero, para otros, esta crisis fue la que nos motivó a volver, a querer trabajar por la Iglesia, y a sobre todo, desear con todas nuestras fuerza la posibilidad de reparar todo el daño que se había cometido.
Había vuelto a encontrar cuál era el sentido de mi vida: Sólo Dios. Como decía el P. Javier en medio de su dolor: la Roca es Cristo, nadie más.
Luego de conversar muchas veces con Montse, y de tratar de reconciliarme con mis demonios internos, finalmente se dio la opción de volver a la Cruzada. Todo sucedió gracias a que Lydia viajó a Chile, conversamos, y me fijó una fecha de vuelta. El 12 de septiembre, pero previamente, el 8 de ese mes, le comuniqué al P. Javier mi decisión de volver.
Fueron 9 meses en el que sufrí mucho, pero que ahora, al mirarlo con perspectiva puedo ver que siempre la Virgen me cuidó. Volví a nacer gracias a Ella y junto con Ella.

2011:
La vuelta a la Cruzada implicó una decisión: nunca más mirar para atrás. la única manera de mantener el propósito era identificándose plenamente con el carisma, porque sólo así podía fortalecer el sentido de pertenencia y no mirar atrás
Desde el año anterior, comenzó a gestarse la posibilidad de salir de Chile. Fue así como en octubre del 2010 comencé los contactos con las universidades españolas (madrileñas principalmente) para ver la posibilidad de hacer un máster. Fue así como se concretó la posibilidad de ir a estudiar a la Universidad Complutense de Madrid. Lo curioso es que el máster fue en un área que hace tiempo quería profundizar: la filosofía.
Debo reconocer que nunca tuve problemas con dejar Chile; al contrario, sin saberlo, lo deseaba profundamente. Sin ser consciente del todo, lo veía como una oportunidad para empezar de cero. Sin embargo, la partida presentó una dificultad...

En la próxima publicación contaré la que significó partir y cómo España cambió mi vida y se quedó en mi corazón.

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